Cada vez que llega el PP al gobierno empiezo a oír las mismas escusas para limitar el derecho a decidir sobre nuestro futuro, como consecuencia de la mala gestión durante años.
Han decidido que aunque no estés en condiciones, más por cansancio mental que por otra cosa, te jubilas a los 67 años. El gobierno decide qué enfermedades se investigan, si tienes alguna que no sea muy popular no hay dinero para investigar, tienes que esperar a que algún emigrante, posiblemente español, desarrolle la cura en Alemania o algún país de la Europa avanzada. Ahora cuando el médico de familia te manda una prueba médica otros, no sé bien quienes, deciden si la prueba se hace o no. No puedes elegir qué trabajo quieres hacer, si tienes suerte y accedes a alguno, aunque sea mal remunerado, lo aceptas y punto.
Si quieres estudiar prepara el bolsillo, aunque la universidad sea pública, para obtener una beca tienes que cumplir tantos requisitos como para que te concedan un crédito.
Ahora van a tocar el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo. Quieren limitar los supuestos sobre el aborto con argumentos tan manidos como: todos los no nacidos tienen derecho a la vida aunque nazcan con alguna malformación, la mujer que aborta tiene menos formación académica, el aborto no tiene que ser un recurso para solucionar un embarazo no deseado.
Respeto sus ideas, pero no las comparto en absoluto.
¿Pero qué se creen? ¿Que cuando una mujer decide abortar es porque ese día no tenía otra cosa que hacer y decidió ir a abortar en vez de ir al parque? ¿El derecho a la vida termina cuando se nace? ¿O el gobierno va a proteger a l@s niñ@s con deficiencias? ¿Las ayudas que van a recibir est@s niñ@s cubrirán sus necesidades o sus padres tendrán que seguir apelando a la solidaridad para que sus hij@s tengan una vida digna?
Los argumentos contra el aborto que se aportan ahora son los mismos que hace 40 años en la transición, parece que no avanzamos nada, terminaremos como entonces: en Londres quien pueda pagárselo, y en clínicas clandestinas quien no tenga esa posibilidad.
En fin, que no nos van a dejar elegir nada de nuestro futuro, ni siquiera en nuestra vida privada, si acaso elegiremos el comedor social al que ir si las cosas nos van mal, francamente mal.
Mercedes Espuch