San Vicente Magenta. Noticias del municipio de San Vicente del Raspeig y de la comarca de L´Alacantí
viernes, 9 de mayo de 2014
Tierra de Faraones (II)
El mundo de las administraciones está lleno de misterios y sorpresas. Como es sabido, esas administraciones tratan de perpetuarse en la memoria de los ciudadanos y para ello nada mejor que las obras llamadas públicas. Eso no son palabras que lleva el viento, sino piedra, cemento y acero sobre los cuales es posible e incluso necesario colocar una placa.
En España, los gobernantes se han embarcado en una carrera suicida por ver quién tenía la infraestructura más cara y moderna, sin preocuparse por si era útil, tenía demanda y, sobre todo, si se podía pagar.
Grandes proyectos faraónicos que se inician sin analizar previamente si tendrán alguna rentabilidad social. Y es que antes de iniciar estos proyectos debe evaluarse su verdadera necesidad, porque la gestión de proyectos públicos exige, a priori, una planificación absoluta; calcular su viabilidad, además de la planificación técnica y presupuestaria, es imprescindible antes de acometerlos.
En fin, la crisis ha destapado muchas soflamas y, como no podía ser de otro modo, San Vicente del Raspeig no ha podido escapar a esta plaga y en breve se inaugurará a bombo y platillo el Velódromo.
El proyecto se nos ha vendido como una de las instalaciones deportivas más necesarias, descongestionantes e ilusionantes que podríamos tener. Nada más lejos de la realidad. El coste oficial de la obra se aproxima a los siete millones de euros. Una barbaridad en esta época de crisis que los vecinos de San Vicente vamos a tener que pagar a través de los impuestos. Y por si esto fuera poco, damos a una empresa privada la gestión, a la cual, mucha atención, le prometemos que si las pérdidas superan el 20% el ayuntamiento se hará cargo de las mismas. En contrapartida, la piscina municipal está saturada y además económica y ecológicamente desfasada. Igualmente, con la mitad de la mitad del dinero invertido en el velódromo se podría haber construido un nuevo pabellón de deportes que hubiese descongestionado el pabellón central y las instalaciones adyacentes, dotando a los clubes de la localidad de espacios donde entrenar y competir.
Pero por si esto no fuera suficiente, desde el ayuntamiento de San Vicente se nos anuncia la próxima construcción de un archivo municipal que ya veremos cuánto dinero nos va a costar.
Una orgía de despilfarro que solo los tocados por la vara de la adivinación ven como algo que será bueno para el municipio. Pero no pasa nada. La subida reciente del 18% en la tasa de basura, más cara que la del propio Ayuntamiento de Alicante, o el reciente anuncio de que el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) sufrirá una variación al alza entorno al 10% en los próximos dos años, máxime cuando los vecinos ya han notado el aumento en sus recibos en los dos últimos ejercicios, amenazan con ser el único recurso al que piensa en acudir el ayuntamiento para amortizar estas obras que a nuestro juicio no necesita ahora mismo el municipio.
Estas son solo reflexiones de alguien que no tiene voz pero sí voto y espero que a alguien más le hagan caer en la cuenta de lo que nos cuesta vivir en tierra de faraones.
Oscar José Aliaga Martín y Juan José Sevila Sánchez, miembros de UPyD San Vicente del Raspeig
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