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viernes, 12 de septiembre de 2014

EDUCARSE O ACHICHARRARSE, HE AQUÍ LA CUESTIÓN


Francisco Sorolla Fors
Afiliado a UPyD de San Vicente del Raspeig
Miembro del Grupo de Educación de la Comunidad Valenciana UPyD





Las bacterias responsables de las Enfermedades Transmitidas por los Alimentos (ETA) tienen una temperatura óptima de crecimiento de 37º C. Pese a todo, pueden crecer a una velocidad considerable en un rango de temperatura que se halla incluso entre los 40º C y 65º C.
Los seres humanos, obviamente, no somos bacterias. Con temperaturas entre los 21º C y los 25 grados y humedades comprendidas entre el 30% y el 60% nos sentiremos cómodos en nuestra vivienda. De hecho, con 22ºC y un 50% de humedad podríamos ir completamente desnudos por la calle y nos sentiríamos bastante cómodos, amén de que la autoridad pública nos pudiese detener por escándalo público.
Espero que me hayan permitido esta breve introducción de datos científicos para entrar en detalle. Es vergonzoso, denigrante, insaludable, repulsivo, grotesco, humillante y del todo kafkiano que pretendamos que en el siglo XXI nuestros niños/as y también, por supuesto, nuestros docentes den clases en los Colegios e Institutos de nuestra Comunidad Valenciana con temperaturas que rondan entre 30º C y 37º C.
Mire usted, Sra. Mª José Català (Honorable Consellera de Educación, Cultura y Deporte): ni nuestros niños/as ni el personal docente son bacterias ni extraterrestres que hayan llegado del planeta Mercurio, donde puede que esas altas temperaturas sean agradables. Son gente humana normal, la cual cuando empieza a subir la temperatura mas allá de 29º C, en un lugar cerrado (sea un despacho o un aula), se empieza a sudar la “gota gorda” y a partir de ahí es ya imposible concentrarse en la lectura, escritura o cualquier tipo de aprendizaje.
Más valdría, y lo hemos dicho reiteradamente desde nuestro partido, que se tomaran en consideración las necesidades reales de la ciudadanía, en lugar de construir siempre obras faraónicas, aeropuertos, palacios, etc... que no llevan a ninguna parte (más que a “forrarse” algunos políticos), y en su lugar se dotara a las escuelas e institutos de la Comunidad Valenciana de aire acondicionado, por lo menos en la provincia y municipios que así lo necesitasen.
Otra solución obvia seria retrasar el inicio de las clases y esperar a que el calor mengüe. El pasado día 5 de septiembre nuestra Consellera de Educación hizo estas declaraciones a la prensa: "Hay un calendario lectivo que hay que cumplir, si se suspenden las clases cada vez que hace mucho calor no sé si llegaríamos a cumplir esos 180 días lectivos". Con esto ya lo tenemos claro: “antes morir que pecar”; es decir, primero las clases, y si por el camino perdemos algún niño/a o docente, ya lloraremos después.

Les recuerdo que a esta fecha, día 10 de septiembre, ya han ingresado en hospitales por “golpe de calor” una profesora de Altea y varios profesores en Catral y en Almoradí; en el Colegio Público Santa Teresa de Valencia los niños entran clase con bañador, porque se bañan con su propio sudor; en el interior de las aulas del colegio Clara Campoamor de Elche, al mediodía se superaron los 31,4º C a la sombra; en San Vicente del Raspeig, varios institutos, entre ellos el IES San Vicente han tenido que suspender las clases y enviar a los estudiantes a su casa porque prácticamente “se cocían” en las aulas. Y no sigo, por falta de espacio, pero hay centenares de casos relacionados con dicho tema. Todo esto es ridículo e inaceptable. Cambiemos ya esta forma de gobernar.

Francisco Sorolla Fors

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